Mujeres proveedoras del hogar registran un alza histórica
El porcentaje de ocupadas que aporta la mayor cantidad de ingresos al hogar subió de 29% en 2011 a 43,8% en la actualidad, revela análisis de OCEC UDP.
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Hasta hace unas décadas, lo tradicional en la sociedad era que el hombre se dedicara a trabajar y la mujer, por su lado, a las labores domésticas y a criar a los niños. Un formato que, con el transcurso del tiempo, ha cambiado en el país. Y es que cada vez son más las mujeres que trabajan e, incluso, se han transformado en la fuente principal de ingresos de sus hogares.
Así lo refleja un reciente análisis de Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), el cual profundizó en la irrupción de las trabajadoras como proveedoras principales del hogar.
Si en el trimestre noviembre 2010-enero 2011 solo el 29,4% de las ocupadas ejercía el rol de proveedora principal del hogar, para el mismo período 2023- 2024 dicha cifra se incrementó a 43,8%, o sea, subió 14,4 puntos porcentuales (pp) en los últimos 13 años.
“En Chile, tradicionalmente las mujeres que realizan trabajo remunerado, es decir, que tienen una ocupación, lo han hecho para generar ingresos de carácter complementario al del proveedor principal del hogar. Sin embargo, esta situación ha cambiado”, destaca el informe de Bravo.
Camila Soto es un ejemplo. Antes de la pandemia, cuenta que su pareja era el ingreso principal de la casa. “Yo estaba terminando de estudiar y él trabajaba en un taller mecánico. Pero durante la pandemia, al taller le comenzó a ir mal y lo despidieron. De forma paralela, yo terminé de estudiar y logré entrar en una empresa como prevencionista de riesgo, comencé ganando cerca de $ 650 mil en 2021, y con el tiempo ha ido subiendo. Ahora yo soy el ingreso principal del hogar y él el complemento”, relata.
La situación no estuvo exenta de discusiones, pues para él fue complejo aceptar la brecha de sueldos.
Más independencia
Al hacer zoom en la situación según estado civil, se observa que las ocupadas proveedoras principales del hogar solteras subieron del 9,8% a 18,7% en el período.
Las convivientes, como porcentaje del empleo femenino total, pasaron de un 3,1% a 6,9%; mientras que las divorciadas de 0,6% a 4,0%.
Las casadas, por su lado, han aumentado en apenas 0,6 pp su participación en el empleo femenino total en los últimos 13 años: de 5,4% a 6,0%.
“El matrimonio tiene más arraigada la asignación cultural de roles por género, pero esta institución ha tendido a perder terreno frente a otros estados civiles”, destaca el informe, precisando que, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), si en 2011 hubo 3,8 enlaces por cada 1.000 habitantes, en 2019 había bajado a 3,23.
“Mi mamá entró a trabajar a la fuerza. En sus primeros años de matrimonio ella no trabajaba, pero el divorcio la empujó a entrar a trabajar”, cuenta Fernanda, una asistente social.
Y su experiencia terminó generando, expone, que a ella y a su hermana “nos transmitiera la relevancia de estudiar y ser independientes, para no depender de nadie y no repetir su historia”.
Según rescata el informe de Bravo, un factor primordial detrás del aumento es el mayor acceso a la educación superior y, con ello, a una mayor capacidad de generación de ingresos.
Para el economista, contar con educación superior completa implica poseer un mayor nivel de capital humano en comparación con quienes tienen niveles educativos más bajos y, por ende, más capacidad de generación de ingresos.
Con todo, el análisis concluye que solo una pequeña parte del aumento de la prevalencia de proveedoras principales del hogar obedece a transformaciones en la organización al interior de los hogares, en donde el rol de proveedor principal se distribuye más equitativamente entre hombres y mujeres.
Sin embargo, el aumento en la prevalencia del grupo de mujeres convivientes parece indicar que “cuando las relaciones de parejas que viven juntas no se desarrollan bajo el esquema del matrimonio, es más probable que las ocupadas puedan ejercer este rol”, señala el informe.
Así, el texto resalta que el grueso del incremento de la prevalencia de ocupadas proveedoras principales del hogar se da entre mujeres que no están en relaciones de pareja que comparten hogar, especialmente entre solteras.
“En definitiva, la pérdida de terreno del matrimonio dentro de la sociedad, que diversifica las estructuras familiares parece tener un rol relevante en el avance de las mujeres trabajadoras que son proveedoras principales del hogar”, dice el informe.